viernes, 7 de noviembre de 2014

Las desigualdades de hoy, los conflictos de mañana ( Mi primera colaboración con OndaLuz)



Dos terremotos se han producido durante este fin de semana en Málaga. El primero físico con epicentro en la isla de Alborán, nos recuerda que estamos sobre el choque de placas continentales europea y africana y que quizás las prospecciones petrolíferas no sean tan seguras como nos aseguran.

El segundo terremoto fue político, con epicentro en Podemos, el partido político que ha recogido el descontento ciudadano ante unas instituciones que se perciben como corruptas y que no han sido capaces de regenerarse. La democracia representativa a través de partidos políticos que surgió de la Constitución del 78 debe evolucionar hacia niveles superiores de democracia participativa de los ciudadanos, sino quieren que los ciudadanos pongan de patitas en la calle a los representantes políticos que no han sabido, o no han querido, abandonar sus privilegios y gobernar para las personas y no para los intereses económicos.

Este terremoto se debe al choque entre ricos y pobres a la hora de pagar la crisis. Entre personas expulsadas del sistema y los dirigentes del sistema. Son muchas las consecuencias de este choque. Paro, recortes, desintegración social. Pero hoy, el día de mi estreno en Andaluz, quiero hablarles de la pobreza infantil, que alcanza al 36% de nuestros pequeños. Esta consecuencia de la crisis me parece la más alarmante, por su injusticia, y los terribles daños que causará en el medio plazo. Hay una pregunta que me atormenta: ¿ Hacemos lo suficiente por nuestros niños?

Al final los adultos nos podemos defender, buscándonos la vida aquí y allá, pero quienes están indefensos son los pequeños. Son estas familias numerosas las que se quedan en el paro, las que sufren los desahucios y caen en la exclusión social. Es la exclusión social la que trae la violencia, las adicciones y finalmente las ilegalidades. Hay está la Justicia española, que según el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, está especializada en robagallinas, viendose impotente ante los grandes defraudadores. Por ello, las cárceles españolas están llenas de pobres. Los que han detenido apenas representan la punta del iceberg de una clase dirigente, que está llevando al fracaso colectivo a un país entero.

La semana pasada conocimos 3 informes sobre la pobreza infantil. El primero de UNICEF, el segundo de Cáritas y el tercero de Intermon Oxfam

¿ Es casualidad? Pues resulta que no. El primero fue redactado a instancias de UNICEF GLOBAL, por un investigador italiano, y fue difundido a regañadientes por UNICEF España, más preocupada en sus campañas para proteger a la infancia en el tercer mundo que en defender a los niños que viven en el barrio pobre de su ciudad. No me entiendan mal, los niños del tercer mundo se merecen toda nuestra solidaridad, como los niños de La Palmilla, La Corta, o los Asperones.

Abierto el melón, Caritas publicó un estudio que tenía desde hace tiempo, pero que mantenía en el cajón mientras negociaba la aprobación de la nueva ley del aborto.

El tercero de INtermon OfMan, subrayaba las diferencias entre ricos y pobres. El 1% más rico tiene tanto patrimonio como el 70% más pobre, lo que nos convierte en el segundo país más desigual de la Unión Europea.

¿Hacemos lo suficiente? La respuesta es rotundamente que NO. Protegemos mal a los ancianos, a los enfermos y dependientes.. pero a lo niños ni los protegemos. Quizá sea porque no tienen voz, quizá sea porque no votan. Lo cierto, es que una sociedad que no cuida a sus niños, es una sociedad condenada a desaparecer.

No hay comentarios:

Difusión Twitter