La mezcla de religión y política es
mala. Si le añades nacionalismo, tendrás un resultado mortal. Tenemos demasiados ejemplos, como
Irán, Israel, la España del siglo XVI o el Tea Party Americano y a pesar de ello, perseveramos en este terrible error, que creo es la principal causa de muerte en la historia del mundo.
El estado de Israel nació como
consecuencia del holocausto judío del nazismo, y sus más fanáticos
seguidores se han convertido en sus herederos directos. Israel
invadió Palestina y fundó su Estado. Reclaman el Derecho de todo
Pueblo ( sin importar los motivos que lo convierten en Pueblo) a
tener una Nación y un Estado. El mismo derecho que reclaman los
palestino y que les niegan.
Desgraciadamente, hay fanáticos por
todas partes y algunos palestinos reclaman este derecho con la armas
en alto. Esto no da derecho al Estado de Israel a atacar a la
población civil de forma indiscriminada. Israel tiene el apoyo de
las grandes élites económicas del mundo, lo que le garantiza apoyos
internacionales en su masacre. Pero los ciudadanos de bien no podemos
ser cómplices de las miles de muertes que causa la política
criminal del Estado de Israel.
Los palestinos son un pueblo pobre. No
tienen recursos naturales, ni grandes riquezas. Pero son personas.
Por lo que más quieran, la vida de un israelí no vale más que la
de un palestino. Mientras continúen exterminando al pueblo palestino,
no conocerán la paz. Y digo exterminando, porque sus agresiones no
se limitan a las militares. Millones de personas están separadas de
sus familias, en auténticas ciudades-cárcel. Lejos de sus hogares,
de sus familias, con hambre. Condenados a la pobreza extrema.
Tristemente, es cuestión de tiempo que revienten.
Ojalá esas benditas tierras puedan conocer la paz. Ojalá. Qué mundo más
extraño... ¿ Cuántas lágrimas nos costará la mezcla de religión y política?
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