jueves, 3 de julio de 2014

Er Banco Güeno con las despensas llenas y los bolsillos vacíos.

El Sábado pasado celebramos una fiesta flamenca en Er Banco Güeno, para recaudar fondos y comida puesto que teníamos tanto la despensa como los bolsillos totalmente vacíos.

La Corrala Malasaña nos ofreció un cante flamenco, acompañado por la guitarra flamenca de nuestros vecinos que nos ofrecieron soleares y fandangos. Sentí profundamente el bello lamento que sale del alma, a pesar de mi ignorancia flamenca.

Además de recaudar fondos, al día siguiente teníamos las despensas llenas gracias a las aportaciones de nuestros amigos. Queremos agradecer a los amigos de Podemos, del Frente Cívico, Zambra, y tantos otros amigos que compartieron con nosotros una entrañable fiesta, en la que además de pasarlo bien, aseguramos el sustento a cientos de personas que se alimentan diariamente en Er Banco Güeno.



Er Banco Güeno lleva más de año y medio luchando contra la necesidad y los prejuicios de nuestros responsables institucionales. Hemos invitado en infinidad de ocasiones a concejales, obispos, diputados nacionales… Todos ellos presumen de solidaridad y cariño por los desafortunados, pero es mentira. Nos han dado la espalda y no es por racismo, es porque en el fondo, les da asco la pobreza. Les damos asco nosotros.


Ojalá la existencia de Er Banco no fuera necesaria, como también deseamos que cientos de familias no tuvieran que meterse en casas que no son suyas. El problema es que hay miles de malagueñas sin casa y sin comida, mientras el Alcalde se obsesiona en construir museos, casas donde no vive nadie con objetos que no se pueden comer. La Junta posturea en su lucha contra la pobreza y para el gobierno central, las personas con necesidad son “simples estadísticas sin mayor valor”

Er Banco funciona horizontalmente, gestionado por las vecinas, sin que ninguna voz se escuche más alta que otra. Cada día que abrimos, es un milagro que se produce gracias a las donaciones de Merca Málaga, La Casa de la Buena Vida, panificadoras y restaurantes. Un milagro que da de comer y evita que personas como tu tengan que rebuscar en los contenedores las basuras que nos sobran.



Sabemos que nos consideran unos raros” pero si sustituir competencia por colaboración, jerarquía por participación, egoísmo por solidaridad y desprecio por cariño es “ser raro”, lo único que esperamos es que tengamos fuerza para seguir siéndolo el resto de nuestra vida y que algún día dejen de así considerarnos.  

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