jueves, 2 de enero de 2014

Lo que la factura de agua esconde: Las nuevas tarifas de EMASA perjudican al 91.41% de los hogares en Málaga

De todos es sabido el ánimo recaudatorio de las administraciones públicas en general, y del Ayuntamiento de Málaga en particular. EMASA no parece una empresa municipal que se escape a este afán, a pesar de proveer un derecho tan necesario como el agua.

El repentino interés de las Asociaciones de consumidores por esta reforma hicieron saltar todas las alarmas, pero desde la Oficina de Derechos Civiles, conscientes de que nada podíamos hacer para impedirlo, decidimos esperar al cambio de tarifa para darles un voto de confianza, a pesar de las muchas veces que nos han engañado (recuerden la miserable complicidad de las Asociaciones de Consumidores en el cobro a través de un cobrador de morosos a decenas de miles de vecinos en Málaga) Ahora, con conocimiento de causa,  podemos empezar a hacer un estudio serio.



En diciembre comenzaron a llegar las primeras facturas. Los vecinos nos han facilitado, hasta el momento algo más de 30 ejemplares ( cada día nos llegan unas cuantas) y de las que realizaremos un detallado estudio, que contrastaremos con los resultados de FACUA, en un estudio presentado hace 2 meses denotando una increíble capacidad de adivinación, puesto que cuando publicaron sus resultados no había llegado ninguna factura a los hogares.

Previo al estudio y comparación de las facturas, resulta de vital importancia analizar las diferencias y evolución, entre la población real que vive en Málaga, y la población censada. Para ello nos valdremos de dos fuentes estadísticas: El Plan General de Ordenación Urabana de Málaga y el Instituto Nacional de Estadística. Según el mencionado Plan, desde los 4 habitantes por hogar que había en Málaga, se ha descendido vertiginosamente e hasta situarse actualmente en 2,8, esperando que en los próximo años llegue a 2,4 personas por vivienda, coeficiente que el PGOU da como definitivo.


Los hogares son cada vez más pequeños, debido a que la disminución de la población se ha acompañado con un aumento de las viviendas construidas, disminuyendo la tasa de ocupación. Según el Instituto Nacional de Estadística “Esa disminución del tamaño medio de los hogares se produce a pesar de que el 73% de las personas con 25 años siguen aún solteras y viviendo con alguien de una generación anterior, normalmente sus padres. Ese porcentaje no baja del 50% hasta los 28 años y en el 35% a los 30 años.”

En Málaga hay 211.358 hogares de los que 18.161 tienen más de tres miembros, mientras que los hogares con 3 pesonas o menos son 193,197. Es decir, el cambio de la tarifa de agua propuganada por EMASA y auspiciada por las asociaciones de consumidores perjudica a 91,41 % de los hogares de Málaga. La semana que viene, veremos en cuánto nos perjudica.

Como reconoció el concejal  Rául Jiménez ( rara vez dice la verdad) las tarifas perjudican a familias con menos de cuatro miembros, por ello el fondo creado para las familias en exclusión será destinado a compensar a las nuevas familias excluidas: Todas las que tienen 4 o menos miembros viviendo en casa.

Estos datos explican por qué EMASA se ha gastado 200,000 Euros en una campaña de comunicación (que en un principio las Asociaciones de Consumidores aseguraron que gestionarían ellas) que ha conseguido el aplauso unánime de todos los medios de comunicación, que incluso se congratulaban de que la nueva facturación, reduciría los errores en el censo de la ciudad.

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