De todos es sabido el
ánimo recaudatorio de las administraciones públicas en general, y
del Ayuntamiento de Málaga en particular. EMASA no parece una
empresa municipal que se escape a este afán, a pesar de proveer un
derecho tan necesario como el agua.
El repentino interés de
las Asociaciones de consumidores por esta reforma hicieron saltar
todas las alarmas, pero desde la Oficina de Derechos Civiles,
conscientes de que nada podíamos hacer para impedirlo, decidimos
esperar al cambio de tarifa para darles un voto de confianza, a pesar
de las muchas veces que nos han engañado (recuerden la miserable
complicidad de las Asociaciones de Consumidores en el cobro a través
de un cobrador de morosos a decenas de miles de vecinos en Málaga) Ahora, con conocimiento de causa, podemos empezar a hacer un estudio serio.
En diciembre comenzaron a
llegar las primeras facturas. Los vecinos nos han facilitado, hasta el momento algo
más de 30 ejemplares ( cada día nos llegan unas cuantas) y de las
que realizaremos un detallado estudio, que contrastaremos con los
resultados de FACUA, en un estudio presentado hace 2 meses denotando
una increíble capacidad de adivinación, puesto que cuando
publicaron sus resultados no había llegado ninguna factura a los
hogares.
Previo al estudio y
comparación de las facturas, resulta de vital importancia analizar
las diferencias y evolución, entre la población real que vive en
Málaga, y la población censada. Para ello nos valdremos de dos
fuentes estadísticas: El Plan General de Ordenación Urabana de
Málaga y el Instituto Nacional de Estadística. Según el mencionado
Plan, desde los 4 habitantes por hogar que había en Málaga, se ha
descendido vertiginosamente e hasta situarse actualmente en 2,8,
esperando que en los próximo años llegue a 2,4 personas por
vivienda, coeficiente que el PGOU da como definitivo.
Los hogares son cada vez
más pequeños, debido a que la disminución de la población se ha
acompañado con un aumento de las viviendas construidas, disminuyendo
la tasa de ocupación. Según el Instituto Nacional de Estadística
“Esa disminución del tamaño medio de los hogares se produce a
pesar de que el 73% de las personas con 25 años siguen aún solteras
y viviendo con alguien de una generación anterior, normalmente sus
padres. Ese porcentaje no baja del 50% hasta los 28 años y en el 35%
a los 30 años.”
En
Málaga hay 211.358
hogares de los que 18.161 tienen más de tres miembros, mientras que
los hogares con 3 pesonas o menos son 193,197. Es decir, el cambio de
la tarifa de agua propuganada por EMASA y auspiciada por las
asociaciones de consumidores perjudica a 91,41 % de los hogares de
Málaga. La semana que viene, veremos en cuánto nos perjudica.
Como reconoció el concejal Rául Jiménez ( rara vez dice la verdad) las tarifas perjudican a familias con menos de cuatro miembros, por ello el fondo creado para las familias en exclusión será destinado a compensar a las nuevas familias excluidas: Todas las que tienen 4 o menos miembros viviendo en casa.
Estos
datos explican por qué EMASA se ha gastado 200,000 Euros en una
campaña de comunicación (que en un principio las Asociaciones de
Consumidores aseguraron que gestionarían ellas) que ha conseguido el
aplauso unánime de todos los medios de comunicación, que incluso se
congratulaban de que la nueva facturación, reduciría los errores en
el censo de la ciudad.
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