Todos somos testigos de la multiplicación de iniciativas solidarias en fechas navideñas, que han crecido exponencialmente con la crisis. Todos los medios de comunicación se hacen eco de acciones aparentemente loables, que proponen recoger juguetes, torneos benéficos, rastrillos solidarios, y la última moda en el postureo solidario: La recogida de alimentos.
Vaya por delante que no sobra ni un kilo, ni un gramo de la solidaridad que se recoge. Toda es bienvenida. Incluso la que sirve para aplacar la conciencia del concejal que da un kilo de alimentos, y a continuación perdona 50 millones de euros a los promotores inmobiliarios que han saqueado nuestras cajas, y nuestros ahorros.
Existe un claro interés político en estas campañas solidarias. Transmitir la percepción de una imagen solidaria de la sociedad, cuando la realidad es que aquí se gritó el "Sálvese quien pueda" hace ya algunos años. Aquí juegan un papel fundamental los medios de comunicación. Yo me alegro cuando las instituciones ponen sus anuncios en los castigados medios, mayormente porque tengo la esperanza que algo ( aunque sea un poco) llegue a los trabajadores, a los periodistas, que tienen una función tan importante, como precarizada.
No obstante, también me hubiera gustado que el Ayuntamiento, en lugar de gastarse 200,000 Euros en la campaña de propaganda "Agua igual para todos" lo hubiera destinado a cubrir la deuda ilegítima que pesa sobre 1,800 familias en Málaga. Porque además la campaña es una mentira que condena a vivir sin agua a miles de familias.
También me hubiera gustado que el Ayuntamiento dedicara el dinero que utilizó en la campaña de propaganda del Instituto municipal de la Vivienda, en poner a disposición de las familias sin hogar algún alquiler social. Curiosamente la campaña comenzó a la semana que al Ayuntamiento se le imputara la vulneración de los derechos fundamentales de los menores desahuciados de las corralas.
O que la Junta destinara recursos a la efectiva protección de los consumidores, en lugar de subvencionar a asociaciones "amigas" ( y lo digo por que los tesoreros de unas, resultan ser los cargos de confianza de otros) que utilizan el dinero para su autobombo en Internet con un sólo objetivo: aumentar sus asociados y por tanto sus ingresos.
O la campaña de propaganda para promocionar el "bono de empleo joven" que apenas ha dado empleo...
Y es que la solidaridad... se ha convertido en una forma de vida para algunos miserables parásitos que utilizan a los pobres como su cuartada del sablazo de turno. Bien sea la consejería de empleo, la concejalía de bienestar social, o la Diputación de turno.
Hasta de la pobreza se puede hacer negocio. Y se hace. No queremos caridad. Queremos ejercer nuestros DERECHOS. Al final resulta que aquellos que nos cortan el agua, nos echan de nuestras casas, y nos quitan los empleos son a los que tenemos que dar las gracias por darnos un puto mendrugo de pan.
Con todos mis respetos, que se vayan a tomar por culo.
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