Son muchas los cursos, seminarios,
doctorados, instituciones, leyes etc. que dicen “combatir” la pobreza. He
intentado comenzar con una definición académica ( por aquello de ir de guay)
pero he comprobado que ni siquiera en eso nos ponemos de acuerdo.
Pobre es quien necesita algo
básico. Siempre ha existido la pobreza. Forma parte del darwinismo social del
hombre. Sobrevive el más fuerte. Ahora, gracias a la civilización, tambien
malviven los débiles, sea por nacimiento o sobrevenido.
No debemos negar que hemos
realizado algunos avances en procurar igual dignidad para todos los seres
humanos. Pero no es, ni de lejos, suficiente. En España, la riqueza nacional la controlan 30 familias. No lo digo yo, lo dicen estudios contratados.
Luchar contra la pobreza es
paliar un mal que tiene causas más profundas. De la misma forma que una
aspirina no te quita la causa del dolor de cabeza ( te quita el dolor) las
políticas que hemos seguido contra la pobreza sólo tratan de paliar los
doloroso efectos que produce.
¿ Por qué? A los ricos nos jode
ver gente pobre, preferimos mirar hacia otro lado. Negar la realidad, y pedir a
los responsables políticos que cumplan con el deber que omitimos.
En la tierra hay recursos para
que todos vivan dignamente. Quien diga lo contrario, miente miserablemente. ¿
Por qué no se ponen en marcha las políticas necesarias para lograrlo? Porque en
el fondo, no interesa.
Si dejaran de existir los pobres,
por definición, ya no existirían los ricos. Y está demostrado científicamente
que la felicidad de un hombre depende directamente de la comparación que hace
con el vecino. Internamente, necesitamos que haya alguien en peores
circunstancias que nosotros para no sentirnos desgraciados.
Nacemos iguales en dignidad. Y
parece que morimos con la “dignidad” que hemos obtenido por fortuna, o
arrancado a los demás. No te engañes, tu no luchas contra la pobreza. Y yo, todavía, tampoco.
La única forma de luchar contra la pobreza, es luchar contra la injusta
riqueza.
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