El continente de la vida es el tiempo. La decisión más importante de nuestra vida es qué hacer con el tiempo que se nos ha dado. La mayoría de personas lo llenan con la corriente que les arrastra. Pueden incluso tener una vida plena, pero será una vida plena de lo que otros quieran rellenar. No significa esto que sea una vida peor, o menos digna, será una vida corriente como su contenido.
Otros, sin embargo deciden reconocer el mundo tal y como es, y no tal y como los demás pretenden que sea; o incluso como a nosotros nos gustaría que fuera. Esta decisión conlleva una posterior; o bien aceptar las cosas como nos han sido dadas, bien mejorarlas o aprovecharlas en su propio beneficio.
Centrándonos en los segundos (aquellos que deciden ver el mundo tal y como es, y lo intentan mejorar) son los que sin duda, obtienen mayor felicidad, puesto que no existe mayor satisfacción que luchar por aquello, o aquellos, en los que crees. En absoluto tienen garantizado el éxito, más bien son numerosas las dificultades a las que se enfrenta una persona decidida a cambiar el mundo.
La sociedad, tal y como hemos heredada tiene un sinfin de aspectos positivos, y algunos mejorables. Prentender cambiar los mejorables, conlleva enfrentarse a aquel primer grupo que, ciegos, ven la vida como se la imponen, y no ven la necesidad de cambiar nada.
Cada persona es como una gota de agua derretida en el glaciar y que fluye hacia su destino. Lo fácil es discurrir por el rio de la vida en su torrente, esperando llegar placidamente a su desembocadura. Además de fácil, es una pena, puesto que esa misma gota de agua, podía haber cambiado el curso del río.
Sé valiente
2 comentarios:
¡La vida y el río! Siddharta escuchando al rio descubrió que “la sabiduría no es comunicable..."
Cuando uno no tiene una meta marcada, cualquier camino viene bien.
Siempre he pensado que lo más bonito de las metas, de los sueños, no es alcanzarlos, sino tenerlos.
Un saludo,
Patri Luna
Publicar un comentario