domingo, 19 de septiembre de 2010

La extorsión radiofónica al descubierto ( y I )

Hace unos meses publiqué los problemas que estaba teniendo Ondamar ( radio local en Marbella) con respecto a una extorsión ( presunta hasta que no tenga sentencia firme) a la que estaba siendo sometido. Podéis recordarlo en  http://josecosin.blogspot.com/2010/05/problemas-en-ondamar-es-radio.html


En resumen, me exigían 6.000 €uros para no interferir la señal de ((Es Radio Ondamar. Denunciada la extorsión, una de las personas responsables fue detenido y el caso se encuentra en instrucción. Mi respeto por la presunción de inocencia, incluso siendo yo la víctima del delito, me lleva a no publicar los nombres de los responsables.

Las Administraciones Públicas no regulan adecuadamente el sector radiofónico, dejando a aquellos que queremos ejercer nuestro legítimo derecho a la libertad de prensa y expresión, desamparados ante las mafias que actúan en el sector. Describiré su "modus operandi":


Quien controla los centros emisores (lugares elevados desde donde se difunde la señal radiofónica) tiene el poder en un sector donde no existe más ley que la del más fuerte. Así controlan gran parte de las miles emisoras locales en toda España.  El control de "la caseta" se realiza en muchas ocasiones de forma ilegal, construyendo sobre suelo ajeno, ocupando un inmueble o prendiendo fuego al anterior centro emisor.


Ocupan así una frecuencia radiofónica, que es un bien público, y por tanto no susceptible de ser propiedad de nadie y la ponen en venta, como si se tratara de un bien que se pudiera comprar y vender. Las frecuencias radiofónicas tan sólo puede ser utilizadas a través de una concesión administrativa (la nueva ley de Telecomunicaciones les otorga el carácter de licencias).

Las Comunidades Autónomas se encargan de no conceder frecuencias a nadie, más que a sus amiguetes, para así mantenernos a todos en la precariedad jurídica y susceptibles de ser cerrados en cualquier momento: Si criticas al gobernante autonómico de turno, la radio tiene las horas contadas.


Cuando llega una persona, que tiene algo de que decir, o que simplemente quiere difundir música libremente, cae en manos de auténticas mafias organizadas (presuntamente, claro) que controlan el sector, dada la dejación de las Administraciones Públicas. Cada vez te exigen más dinero y cuando no puedes seguir pagando se quedan con tus equipos ( bastante caros, por cierto) en espera que otra víctima inocente caiga en sus redes, y así "alquilarles" los equipos y "venderles" las frecuencias. Los equipos son de anteriores víctimas, y las frecuencias, simplemente, son bienes publicos fuera del comercio privado.
Me resulta increíble, como pueden, despues de haber sido detenidos,  tener la poca vergüenza de seguir extorsionando, ahora por escrito y con membrete de despacho de abogados. Ahora ya no me exigen  6.000 € dada la defensa de mis derechos, ahora se conforman con una extorsión de 3.500 € Su problema es que ya les han pillado con el carrito del helado, y ahora tendrán que intentar justificar sus presuntos chantajes y estafas

Adjunto les acompaño el Burofax que me llegó ayer (por supuesto, ya ha sido denunciado ante la policía). Resulta de mucho interés su lectura:

1.- Asegura que me "autorizó" a emitir en la frecuencia 91.4 de Marbella. ¿ Quien son ellos para "autorizar" el uso de un bien público? Sólo puede hacerlo el Estado. Prestan un servicio para el que no tienen ni los permisos pertinentes, ni las autorizaciones pertinentes.

2.- Me exige 3.500 € "como precio para adquirir el uso y disfrute de la frecuencia" ¿Cómo pueden pretender vender un bien público, o incluso su "uso y disfrute". El Estado es el único que puede hacerlo. Me recuerda a las pandillas del Bronx que piden dinero a los chavales para usar las canchas de baloncesto.

3.- Además de extorsionar, pretenden amordazar, censurando tanto la radio como cualquier medio de difusión, de forma que no denuncie la injusticia a la que estoy siendo sometido. Por último, amenazan con acciones legales si no cumplo con sus exigencias. 

Así es como operan este grupo de personas que parasitando un sector deficientemente regulado, controlando los centros de emisión de miles de radios de toda España y exprimiendo a sus titulares hasta la ruina, apropiándose entonces de sus equipos de emisión.  Todo ello en perjuicio de la libertad de prensa y de expresión.

Si son cientos las radios en esta situación ¿ Por qué no lo denuncian? Por miedo. Por miedo porque no tienen una concesión administrativa para emitir, ycreen que si acuden a los tribunales les cerraran su forma de vida.  Nos encontramos desamparados por la Ley.  En la mayoría de las ocasiones ni siquiera tienen acceso a las centros emisores guardados en secreto con mucho celo por los cancerberos. Cuanto protestan, les cortan las emisiones de sus radios.

Esa es la injusticia que impera en el sector radiofónico en España, y sí lo permiten nuestros gobernantes, y los que se aprovechan de la buena voluntad de aquellos que queremos ejercer nuestro derecho a la libre expresión,  o simplemente, difundir cultura. Unos y otros tienen sus días contados, porque la libertad al final siempre se abre paso.


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