domingo, 26 de septiembre de 2010

El despertar del dragón



Los economistas tenemos la obligación de describir la realidad de nuestros recursos materiales y preveer su evolución. Paradójicamente, la revolución tecnológica que ha significado internet, traerá consigo el cambio de la hegemonía económica a la nueva potencia emergente mundial: China.

Se trata de un remake de una historia que ya ha acontecido en otras épocas, con distintos actores, pero con el mismo desenlace.

Hace 4 siglos, España era la potencia económica mundial (incluso los españoles lo hemos ya olvidado), aunque no duró mucho nuestra hegemonía, dada la negligencia e ineptitud de nuestros gobernantes. La historia de la hegemonía y decadencia española, comienza con su fundación como nación por los Reyes Católicos, y el descubrimiento de América. A pesar del profundo error que significó la expulsión de los judíos de España ( los comportamientos racistas son desgraciadamente comunes en todas las naciones), no cabe duda que éstos fueron los mejores gobernantes que ha tenido España en su historia, lo cual, tristemente, no es decir mucho.

El descubrimiento de américa trajo consigo la llegada de metales preciosos, así como la emigración masiva de recursos humanos ociosos ( expresión eufemística que recoge a parados, arruinados y delincuentes). El efecto de la llegada masiva de oro, con el consiguiente aumento de la oferta monetaria, fue el aumento de los recursos del Estado, unido a una bajada de los tipos de interés.

Los recursos del Estado fueron empleados en guerras que arruinaron al recién nacido Estado español, y la bajada de los tipos de interés fue utilizada en la compra de productos elaborados por la naciente industria inglesa, holandesa, con la inestimable intermediación de los comerciantes venecianos.

Mientras el España se endeudaba en guerras, los españoles nos endeudábamos en la compra  de importaciones o en la construcción de inmuebles. Mientras los españoles consumíamos y nos endeudábamos los ingleses producían, comerciaban  y ahorraban.  El resultado fue las sucesivas bancarrotas del Estado español, y el comienzo de la decadencia española, que tristemente dura hasta nuestros días.

La historia se repitió 3 siglos después teniendo de actores la otrora potencia inglesa, y la nueva potencia norteamericana, cuyo imperio ha durado siglo y medio, y ahora corre el peligro de terminar.

La revolución tecnológica ha traído consigo una liberación de beneficios y un aumento de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos. En lugar de utilizar estos recursos ( como el oro que llegaba de américa) en inversión, en investigación y desarrollo, occidente se ha embarcado en un endeudamiento endémico de Estados y familias, cuyos recursos se han malgastado en subvenciones y transferencias inútiles en unos casos, e inversiones inútiles e improductivas en otros. Por su parte, las familias se han endeudado en la compraventa de inmuebles cuyo precio multiplicaba por diez su coste, en una orgia obscena de especulación improductiva, en cuya profunda trampa hemos caído.

El resultado: el Estado y Bancos chinos son  los acreedores ( es decir propietarios) de los estados Occidentales, y familias Occidentales. Para que esta situación no fuera descubierta hasta que fuera ya muy tarde, la moneda china ha sido artificialmente devaluada por el gobierno chino, esto conlleva  una subvención a sus exportaciones, que animaban a los occidentales a seguir comprando y endeudándonos.

El cruel gobierno chino ha sacrificado el nivel de vida de sus compatriotas encareciendo las importaciones, con el fin de lograr la hegemonía económica mundial. ¿ Cual será la evolución de la economía mundial? Muy sencillo, Occidente debe pagar el nivel de vida excesivo del Estado del Bienestar a sus nuevos amos, la aristocracia política china.

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