Bancos y cajas han prestado 1,1 billones de euros en hipotecas de los cuales 325.000 millones lo deben los promotores.
Los créditos morosos no sólo se deben a la crisis, ni a la incompetencia, ni siquiera a la negligencia de los gestores. En muchos casos deberían responder ante los tribunales del destino del dinero que tanto cuesta ahorrar a los trabajadores. La financiación de proyectos delirantes (como el aeropuerto de Ciudad Real) o la financiación de empresarios afines al poder político son causantes directos de la falta de crédito que lenta, pero inexorablemente ahoga a nuestra economía.
No contentos con apropiarse de los ahorros ajenos, las han utilizado como instrumentos de control político, recordemos por poner dos conocidos ejemplos, el fallido asalto de Gas Natural a Endesa con el beneplácito de La Caixa o el control que Caja Madrid ejerce sobre Iberia.
Han perdido nuestro dinero jugando en el Casino Inmobiliario, y en lugar de reconocer sus errores e intentar enmendarlos Rajoy se convierte en cómplice empujado por las Cajas Gallegas y Rodrigo Rato pacta una reforma de la Ley de Cajas de Ahorros
El propósito último de la Ley es permitir emitir participaciones en los beneficios de las cajas, en lo que se ha denominado cuotas participativas. La entrada en vigor de la reforma financiera internacional, encarnada por los acuerdos de Basilea III determinará una mayor dificultad de las Cajas para encontrar financiación en los mercados internacionales, y su situación, que ahora es grave, se puede convertir en dramática.
Se trata de un vano intento de conseguir dinero, puesto que los analísticas han calculado en un 78 % la descapitalización de las Cajas debida a la nefasta gestión de los políticos. Este agujero que acabaremos pagando los ahorradores con peores servicios, los contribuyentes con más impuestos y los empresarios con menos y peores créditos es, ni más ni menos de 106.000 millones de euros, es decir el 10,08% del PIB español
Ayer el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán calificaba como «terrorismo financiero» las informaciones que apuntan a una falta de solvencia en el sistema financiero español. Mientras tanto conocíamos que en España no existen 4 millones de parados, sino 5 millones, puesto que tenían escondidos un millón bajo la denominación de “parados ocupados”, de los cuales medio millón se encuentran en Andalucía.
La situación sigue deteriorándose y los responsables de las cajas Andaluzas todavía no han explicado por qué daban el dinero de los ahorradores andaluzes a extranjeros que aportaban un billete de avión como garantía de pago al dinero que ahora nos falta. Tampoco han puesto soluciones, puesto que no las aceptan si significan una pérdida de poder. Todo esto nos llevar a exigir al Banco de España una inmediata intervención en al menos una de las Cajas Andaluzas. No se puede estar a Dios rezando, y los ahorros robando.
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