EL sistema monetario internacional, desde los acuerdos de Bretton Woods descansa en un principio fiduciario. Es decir, que el dinero que circula por el sistema, en realidad es el producto de una masa monetaria ( denominada por los economistas M1) multiplicada por el un coeficiente que es el resultado de la relación entre el dinero depositado en las instituciones financieras y los créditos concedidos.
En otras palabras, los bancos crean dinero, prestando más dinero del que tienen depositado. De esta forma se financia el crecimiento de la economía. Podríamos decir que la liquidez de los bancos funciona como el aceite de un motor de combustión interna. Sin el aceite, los pistones funden los cilindros, y el motor gripa.
¿Qué pasa cuando los créditos que ha concedido una institución financiera no se devuelven? Pues que los tienen que aprovisionar en el Banco de España, puesto que ese dinero no es del Banco, es de los ahorradores, que pueden perderlo.
¿Y qué pasa cuando el dinero que entra en los bancos se destina a cubrir sus provisiones en el Banco de España? Pues el efecto es aritméticamente idéntico al multiplicador, pero en sentido contrario.
Es decir, que ahora los bancos, cajas, y cooperativas de crédito están absorbiendo la liquidez del sistema, constituyendo un lastre para la economía. El dinero no lo multiplican, sino que lo hacen desaparecer.
Es lo que han llamada en Estados Unidos los bancos zombis, y que yo me permito españolizar como los "Los Bancos "espontex" y las Cajas "vileda" por aquello de que los latinos nos lo tomamos todo con buen humor.
¿Cómo resolver este problema? Hay dos soluciones. Una mala, y otra menos mala. La primera consiste en inyectar liquidez suficiente en los bancos y cajas vileda, hasta que se revierta la situación, y vuelvan a crear dinero fiduciario. Otra consiste en nacionalizar los bancos, e intervenir las cajas, de forma que el desaguisado lo paguen los antiguos accionistas de los primeros, y los depositantes de las segundas.
Todo esto tiene su parte buena, es un gran momento para que las cajas dejen de ser un reducto de corrupción política, donde se financian los partidos y se aparcan los políticos amortizados.
A Zapatero le pido honradez, a MAFO, valentía, y a Dios, que nos ayude si los dos primeros no cumplen con su deber.
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