lunes, 31 de diciembre de 2007

EL ECONOMISTA CAMUFLADO



Cogí un tren con un libro en la mano, El ecomista camuflado. Y el tren me llevó a mi infancia, cuando era un joven idealista que estudiaba economía en la Universidad. El libro es una receta que te hace soñar en un mundo mejor, he aquí como hacerlo:
Ingredientes: 70 kilos de Joven brillante, 1 Universidad prestigiosa neoliberal, 1 puñado de economía, una cucharada de antropologia y unas gotas de política.
Preparación: Tómese el joven , macérese en economía, añadiendo las gotas de política y antropología. Métase en el horno del Banco Mundial y rehogen con idealismo.
Despúes de haber leido el libro, estoy convencido de que no pasará a la historia por su originalidad, ni por una nueva idea sobre la ayuda al desarrollo pero si por difundir la economía entre los profanos en la materia ( Zapatero, por ejemplo). La idea es la misma que " El Mundo de Sofia" para la Filosofía.

Es una receta peligrosa, si ya tienes nociones de economía te darás cuenta de que se trata de un joven que aunque acepta las verdades del liberalismo en economía se revela como un "neoliberal light" de tercera vía. As´é afirma que " Toda sociedad que se precie debe ayudar a sus desempleados", y tiene razón. Pero debería decir también que " Todo desempleado que aprecia a la sociedad debe vivir de si mismo y no de los demás"

Yo me identifico con Mr. Harford, quien piensa que la economia se trata de personas y no de números y que al final, ( ¡ que diantre !) nos debemos ayudar los unos a los otros, incluso los que no lo merecieran. El problema es que siendo economista me di cuenta de que era un romántico. Me asusté, me asuste terriblemente y presa del pánico decidí hacerme abogado para defenderme de mi mismo.

Los economistas sabemos que los números son leyes inflexibles, y dos más dos son cuatro, lo mires por donde lo mires. Sin embargo los abogados ( como los políticos) lo ven al reves, cuatro puede ser la suma de dos y dos o tres más uno o dos por dos, o qué sé yo. Son unos liantes vamos.

Tim ( permitanme que lo llame así) comienza por donde debe empezar todo el mundo, por los clásicos, y acaba donde mueren todos los valientes, intentado arreglar el mundo. En el camino nos habla de las lecciones esenciales de economía. Nos enseña de forma auténtica que la Economia es Vida, y la vida es escasez, la vida es decidir, la vida es juegar , y al final, la vida es crear.
Leyendo a Tim, me pregunto si alguna vez me entrará un ataque de valentía y mandaré la toga de abogado a freir espárragos. . . o quizás no. La vida también es conocer las reglas del juego









1 comentario:

Josemarbella dijo...

Ojalá la política fuese tan fácil como la economía o solo plantearnos cómo llegar al resultado "cuatro", si sumando dos más dos, multiplicando dos x dos o dividiendo seis entre dos, al menos en los asuntos principales de estado. El mundo de la política es más irreal y relativista que el económico, pues con el económico cuando uno se equivoca, puede pretender simularlo, pero siempre se termina sabiendo, en la política se puede enmascarar la incapacidad mejor. Yo te aconsejo que sigas con la calculadora y con la toga, pero, ¿Quién te ha dicho a tí que un economista no puede ser romántico? ¿Cuantos grandes capitalistas donan inmensas fortunas a personas necesitadas? Y muchos sin esperar el baño de masas a posteriori. Que aunque pocos los hay.

Leí este año el Economista Camuflado, y el autor hace un buén trabajo para que el lector no aventajado en economía, entienda de una forma sencilla los entresijos de la matería, cosa que estoy seguro que a muchos políticos pocos liberales no les va a hacer ninguna gracia.

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