El pasado 16 de diciembre comenzó
una protesta en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Algeciras
protagonizada por 22 presos (porque no son internos, son presos) que dirigieron
al Director del Centro, y que éste
debería haber puesto en conocimiento del Juez que, supuestamente, vela por los
Derechos Humanos de estas personas detenidas sin haber hecho nada. La falta de
respeto a Derechos Fundamentales es abrumadora e inmisericorde. Pueden descargar la reclamación ( que consiguió sacar la letrada de uno de ellos, a pesar de los registros exhaustivos para que no se puedan comunicar con el exterior escondiéndola en su ropa interior) en estos tres documentos:
Reclamación 1
Reclamación 2
Reclamación 3
Reclamación 1
Reclamación 2
Reclamación 3
En la reclamación 22 presos denuncian la utilización de las luces para privarles del sueño, la
imposibilidad de ir a Cuarto de baño durante más de 12 horas ( esto obliga a los
presos a realizar sus necesidades fisiológicas en la celda, provocando
evidentes problemas de higiene y salubridad, además e atentar contra la
DIGNIDAD que tiene todo Ser Humano.
Estos reclusos comenzaron una
huelga de hambre, silenciada por las autoridades ( tampoco tienen libertad de
expresión), y que no sabemos si continua, puesto que se nos ha impedido
ponernos en contacto con las personas que encabezaron la revuelta.
El motivo es que, inmediatamente,
los trasportaron al CIE de Madrid, con la excusa ( admitida esta vez por Su
Señoría) de una supuesta entrevista con sus respectivas embajadas, entrevista
que no se ha producido, ni tienen las embajadas noticias de que vaya a
realizarse. Se trata, simplemente, de separar a las personas que protestan, y
así desactivar al resto de reclusos.
Denuncian los inocentes presos que
no disponen medidas de seguridad, ni contra incendio, sin señales de
evacuación, los grifos no tienen agua, y
por supuesto, la mangueras contra incendios tampoco.
El redactor de la queja es un joven arquitecto venezolano,
que ha realizado trabajos para el Ayuntamiento de Málaga, pero que ni el
Colegio de Arquitectos ni el Ayuntamiento han tenido la dignidad de levantar el
teléfono para interesarse de su situación. Este joven venezolano llego a los 3
años a España, y cursó sus estudios en colegios madrileños. Actualmente convive
con su pareja española, quien comenzó los trámites para casarse con su
prometido el pasado mes de Julio. Es evidente que tiene el arraigo necesario
para tener su residencia en España. Pero claro, Venezuela es un país “enemigo”
para el gobierno, y los intereses del
Partido Popular parecen ser superiores a los Derechos Humanos de las personas,
al menos a lo que nuestras autoridades se refiere.
Así es como tratamos a los inmigrantes. Nuestras autoridades
les secuestran y deportan sin respetar su dignidad. Mientras tenemos que
aguantar al Borbón reconociendo hipócritamente en su mensaje navideño la
gratitud que les debemos. Y así se la pagamos.
Feliz Navidad.
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