miércoles, 27 de marzo de 2013

En Melilla no se respetan los Derechos Humanos y la población mira hacia otro lado

Melilla es una ciudad tan poco conocida, como hermosa. Desde que Fernando el Católico la conquistara, por su valor estratégico-militar, no han sido pocas las veces que los habitantes del Rif han exigido su soberanía, lo cual es comprensible, dada su situación geográfica. Nosotros haríamos lo propio si hubiera dos ciudades marroquíes en Cádiz y Málaga. Dicho lo cual, los melillenses merecen todo el apoyo del resto de españoles, puesto que son ellos los que sufren la intensa presión que ejercen desde Marruecos su gobierno, y las personas que intentan pasar a España con el sueño de una vida digna.

En tres ocasiones he acudido a Melilla para colaborar con distintas personas y ONGs, y en todas las ocasiones he podido comprobar  que es esta ciudad autónoma, donde menos respeto se tiene por los Derechos Humanos en la Europa política, y con mucha diferencia. Y lamento decirlo. Casi todos miran hacia otro lado. Medios de comunicación ( totalmente comprados), partidos políticos ( enriquecidos a costa de la gran pobreza que oprime a la mayoría de la sociedad, asociaciones, Cuerpos de Seguridad del Estado ( y las Fuerzas también). Todos deberían entender que deben defender Melilla, y los valores que los españoles nos hemos dado como superiores en nuestro ordenamiento jurídico: Libertad, Justicia, Igualdad y pluralismo político. Todos ellos, brillan en Melilla por su ausencia. Los últimos en denunciar esta situación ( e irse) fueron Médicos sin Fronteras. 

Alrededor de Melilla, escondidos en el monte Gururú, malviven cientos de subsaharianos que esperan la oportunidad de una vida mejor. Sobreviven con bayas, y engañando el hambre comiendo hasta la corteza de los árboles. A veces llega el ejército marroquí, y les da tales palizas, que muchas veces los matan. En Noviembre del año pasado gravaron el testimonio de de Amina, senegalesa de 25 años. La única mujer enel campamento Gurugú. Tuvo que dejar a su hija de cinco años en su país para comenzar su viaje hacia Europa en busca de una vida mejor. Amina merece que se respeten sus Derechos Humanos.

Cuando consiguen saltar la valla ( jamás pensé que se pudieran levantar vallas espindas tan altas, tan macabras, con tanto dolor en sus espinas) es la Guardía Civil la que les espera, para hacer lo propio. Denunciaron la muerte de un senegalés, desdepues de la visita de la Guardía Civil El caso fue archivado. Como todos.  También se denuncian palizas previas a la expulsión irregular de los inmigrantes. Diez €uros paga la Guardia Civil española al ejercito de Marruecos por entregar de forma ilegal a un inmigrante. Quince €uros si está herido, o embarazada. Antes de la entrega, se les da una paliza, para que recuerden lo que les puede pasar si vuelven a intentarlo. Esto se hace por orden de las autoridades, y con el conocimiento de la población de Melilla, que mira hacia otro lado. Han conseguido hacerles creer que es necesario para preservar su seguridad. Probablemente me gane los insultos de los queridos melillenses, pero prefiero ser insultado, a callar cobardemente lo que todos sabemos que ocurre. Pero en España no somos racistas. Lo que odiamos es la pobreza ¿ Verdad? Preferimos mirar hacia otro lado. Si no los ves, es como si no existieran. Y sin embargo, sufren. Algunos ejemplos ( sólo de los últimos meses de fragrantes violaciones de Derechos Humanos en Melilla)





No hay nada como tener a la población aterrorizada, para que acepten la violación continua de los Derechos Humanos de sus semejantes, porque todo el mundo piensa que mejor que sean ellos, a que su familia. Pero es falso. En una ocasión fui testigo de como dejaban tirado en el suelo, a las puertas del Centro de Internamiento Temporal de Inmigrantes, a un joven que había intentado huir a la península en un el barco de reciclaje de vidrio .. se encontraba semi inconsciente, sangrando, pero alertados los guardias, ni siquiera se dignaron en recogerlo.

Las pocas personas que denuncian estos hechos, se ven sometidas a un acoso miserable por parte de las autoridades de Melilla. Exclusión social, boicot económico, represeión, persecución... todo lo que ocurre en una dictadura. Melilla es es una de las ciudades con mayor corrupción municipal de toda España.


Pero no todo es oscuridad, me gustaría reconocer la labor silenciosa, pero con un valor incalculable, de José Palazón, y su asociación de protección a la infancia PRODEIN. Salva vidas, evita sufrimientos, lucha por los más débiles. Valga este pequeño artículo, en reconocimiento del valor de los pocos que se atreven a denunciar la violación sistemática de los Derechos Humanos por parte de las autoridades marroquies y españolas.

Y tu melillense, ¿ Qué vas a hacer, insultarme, o tener el valor de reconocer la verdad? 

2 comentarios:

Javier dijo...

Como melillense te puedo decir una cosa: somos cómplices de lo que está pasando a un lado y otro de la valla.

Enhorabuena por el artículo.

Anónimo dijo...

"Nosotros haríamos lo propio si hubiera dos ciudades marroquíes en Cádiz y Málaga". ¿WTF?

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