EL ASESINATO CIVIL

El mundo no es tal y como lo ven tus ojos. Aunque parezca redundante, es tal y como es. Si crees que el teclado con el que escribes es negro porque así lo ves, te equivocas. Dijo Machado “ El ojo que ves, no es ojo porque lo veas, es ojo porque te ve”. Cada uno tiene una visión de Marbella. Hasta ahora el tiempo me ha enseñado que lo bueno es lo que forma parte de la esencia del ser humano, como ser racional.
Creo que el poder no forma parte de la esencia humana, sino que es algo delegado por la sociedad. Como decían los romanos, tenía “Potestas” (Poder) quien disfrutaba de “Auctoritas” (Autoridad) entendida estas como el saber socialmente reconocido.
Esto explica el motivo por el que el poder trastorna al ser humano, y su deseo convierte en ambiciosos y malvados a seres que son buenos.
Cuando llega la hora de decidir que ideales tienes, yo me pregunté lo siguiente “ Que antepongo Libertad o Igualdad”. La respuesta a esta pregunta ( ambas son totalmente legítimas y respetables) te llevará a la derecha o a la izquierda. Yo respeto ambas opciones, pero creo que la autentica esencia del ser humano se encuentra en su libertad, y a través de ella, es nuestro deber llegar a la igualdad de derechos. Pero la Libertad es más importante.
Mi afiliciación política (nunca me gusto la palabra militancia) comenzó en Pamplona, con la muerte de Miguel Ángel Blanco me di del terrible error que cometían aquellos que anteponían otros derechos al de la vida.
MI afiliciación política terminó el día en el que me di cuenta que mis jefes no tenían, ni de lejos, los mismo ideales que yo. Libertad, Autenticidad, Respeto.
Desde entonces hasta ahora, en Marbella hay personas que cuando el triunfo te acompaña están a tu lado ( te llaman a desayunar, a celebrar actos etc) cuando, aparentemente, el triunfo te da la espalda, ni te cogen el teléfono y están demasiado ocupados).
No hace mucho, hable con uno de ellos ( no tengo ningún mal sentimiento hacia nadie) y me dijo que desde los “jefes” se había dado la orden de mi muerte civil. Me preguntaba si no me iba a ir de Marbella, puesto que era lo que esperaban. Si no me fuera, harían todo lo posible por hacerme la vida imposible.
La falta de respeto por las ideas de los demás, el creerse en posesión de la verdad, el sentimiento de que quien no se arrodilla ante mis pies está contra mi, son síntomas no una persona cuyo afán de poder le nubla la vista y a pesar de querer ayudar a los demás, sólo está alimentando su ego, aunque no se dé cuenta.
Y de echarme de Marbella. . . parece que hay quien no sabe que antes muerto que rendido. Y aunque puedan matarme civilmente, las ideas nunca mueren.