sábado, 8 de diciembre de 2012

La falta de legitimidad del poder

El poder, el dominio de unos seres humanos sobre otros. A lo largo de la historia se han inventado diversas excusas para ejercer este dominio. Hasta hace poco, en España gobernaba un caudillo “por la gracia de Dios”. Anteriormente era el nacimiento real, el que legitimaba que la “sangre azul” dominara a los súbditos. Quitando las excusas, es en realidad la fuerza, es decir, la violencia, la que permitía el ejercicio del poder. Hoy en día, en las falsas democracias occidentales, es la elección mayoritaria la que legitima el ejercicio del poder.

Durante mi época universitaria me interesó el enfoque que le dieron los romanos al ejercicio del poder. Lo estudiaron a través de dos instituciones romanas, conocidas como la  Autoritas (saber socialmente reconocido) y la Potestas (poder socialmente reconocido)

Existían distintos tipos de autoritas. La Auctoritas Patrum residía en el Senado y otorgaba legitimidad a sus leyes y decisiones. Sin la Auctoritas que otorgaba el saber socialmente reconocido, el poder era ilegítimo, y por tanto, tirano e ilegal. Este equilibrio duró muy poco en Roma, puesto que en el año 287 la Lex Hortensia suprimia el requisito de la Auctoritas para el ejercicio del poder. Antes, plebeyos habían conseguido acceder al consulado, a la pretura, a cargos sacerdotales, y habían otorgado su auctoritas sobre la tasa de interés para los préstamos.

No obstante, también esta teoría era una simple excusa para el ejercicio del poder, puesto que controlando la Auctoritas, controlas el poder. Ya lo intuyó Platón, cuando pretendía convencer a sus semaejantes que se encontraban en una cueva, y debían de fiarse de los sacerdotas ( quienes tenían la autoridad) para desvelarles lo que existía fuera de la caberna. La Auctoritas y la potestas, es en realidad un cuento, un poco mejor justificado. Aquí es donde empieza a tener vital importancia los medios de difusión y propaganda.
En las democracias occidentales, la Autoritas está en manos de la casta política que encuentra la legitimitad del poder en la Auctoritas que nace de las urnas. De ahí la importancia que los ciudadanos estén convenientemente manipulados, y se fíen de los sacerdotes ( políticos) que les desvelan una realidad convenientemente manipulada, para que se eternicen en el poder.

Pues bien, toda Auctoritas fundada en una falsa realidad, no es mejor que la peor de las tiranías. Porque tiene una apariencia de legitimidad, que es total y absolutamente falsa.

 
Dicho lo cual, me gustaría recordar que las personas corrientes no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, y las leyes económicas no son leyes de la naturaleza, que no se puedan infringir. Son imposiciones de los poderosos, que tratan de dibujar una percepción, totalmente ajena a la realidad. Aquí es donde nacen los pseudo-intelectuales, los medios interesados, y los estímulos perversos que recibimos todos los días. Pero no hay mal que mil años dure, ni Pueblo que lo soporte.

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