Según los datos aportados por los agentes económicos y sociales, hemos tenido una buena temporada estival en lo que a turismo se refiere. No obstante la verdad es bien distinta. Según los datos aportados por el Instituto Nacional en los últimos dos años el paro ha aumentado un 11.31% hasta llegar a los 5559 y el número de contratos celebrados ha bajado un 9.11 % celebrándose tan sólo 5757.
No pretendo ser alarmista, pero lo más que probable es que empeore. La economía internacional está muy tocada. El precio del petróleo (noventa euros por barril) obliga a las compañías aéreas a aumentar sus precios. La crisis hipotecaria hace temer que los británicos que compraron una segunda residencia opten ahora por no pagar su segunda hipoteca española. Asimismo la imagen de Marbella está por los suelos, y cuando antes la gente se enorgullecía de veranear en Marbella, ahora lo esconden. Los turistas pasan de largo y no vienen a Marbella, y los que vienen ya no gastan tanto (me contaba un amigo que trabaja en la hostelería que no es extraño encontrarse turistas alojados en un hotel de cinco estrellas que comprar en el Supermercado y lo guardan en la neverita del hotel) La costa del Sol espera como agua de Mayo la campaña Qualifica desde la Junta de Andalucía y comportamientos ejemplares de nuestros gobernantes, y no actos vacíos de contenido simplemente de cara a la galería, que en realidad sólo sirven para hacerse la foto. Debemos diversificar la economía, la construcción ya no volverá a ser nuestro motor, no es sostenible. Debemos ayudar a los empresarios de los polígonos industriales de Marbella, que son capaces de diversificar la economía y crear empleo incluso en un mal contexto internacional. La zona del Polígono de la Ermita debe ser declarada de impulso municipal. Si no actúan rápido, el paro seguirá aumentando, y romperá la barrera de los 6000 desempleados, y la de los 7000. Y estas personas tienen que dar de comer a sus hijos.
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